martes, 18 de agosto de 2009

LLEGAR TARDE


El tiempo y la vida no se llevan muy bien. Luchan siempre por mantearse vivos, y aunque la segunda haga todo lo que está a su alcance nunca lograra vencer al tiempo, una lucha de un mortal contra un inmortal que sin empezar la pelea, ya conocemos quien termina venciendo. Y si no fuera poco, llegamos a creer que venceremos al tiempo pero igual así dejamos pasarlo. ¿Por qué valoramos a los que verdaderamente nos importaron cuando ya no los tenemos? Ya sea la muerte y diferentes situaciones siempre nos damos cuenta que queremos a alguien cuando ya no la tenemos. Llorar y llevar flores a un cementerio siendo que podríamos haber disfrutado a esa persona cuando estaba viva. Pero siempre preferimos el recuerdo a la experiencia de vivir. Cuando comenzamos a enamorarnos, ¿Por qué sentimos miedo de hacerlo? Tenemos miedo a lo que podemos llegar a sufrir y dejamos de pensar y sentir que cosas lindas pueden pasar si nos dejamos llevar. Dejamos pasar el tren, y es ahí donde dejamos vencer al tiempo. Y después tenemos que seguir la vida con los restos de ese tiempo maldito y de la vida que paso: “el arrepentimiento” el fricado de no haber logrado algo… el dolor de eso que se fue. Las lágrimas no borran lo que paso. La vida es tan corta, ¿porque desperdiciarla? y no vivirla disfrutando de las pequeñas cosas, de la felicidad del momento, del amor y la amistad, de la sonrisa que alguien te regala cuando lo ayudas.. Porque es así la única forma de vencer al tiempo.

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